LA ILIADA DE SIMONE WEIL. Nicola Chiaromonte. A 112 años de su nacimiento, el 3 de febrero en París.
Decidida a descubrir los elementos de una ‘geometría de la virtud’, costárale lo que le costara, Simone Weil se expuso a sí misma e inevitablemente alcanzó la soledad espiritual absoluta. Sólo que es difícil estar solo sin perder la propia lucidez.
NÉMESIS. El castigo por romper el equilibrio y los límites. Simone Weil
CAPITALISMO COMUNISTA. Giorgio Agamben.
NUEVA RUTA DE LA SEDA. LA GLOBALIZACIÓN Y EL AÑO DE LA SERPIENTE. Mailer Mattié
Del monstruoso vicio de sustituir la voluntad de ser libres por la servidumbre. Mailer Mattié
SIMONE WEIL. Meditación sobre la obediencia y la libertad. A 77 años de su muerte el 24 de agosto de 1943, en Ashford, Inglaterra.
Pierre Clastres. LIBERTAD, DESVENTURA, INNOMBRABLE.
SIMONE WEIL. EL AMOR A DIOS Y LA DESDICHA. Traducción de Ana Azanza.
<<La desdicha es un desarraigo de la vida, un equivalente más o menos atenuado de la muerte, que se hace presente al alma de manera ineludible por el impacto del dolor físico o el temor ante su inmediatez (…).
Solo hay verdadera desdicha si el acontecimiento que se ha adueñado de una vida y la ha desarraigado la alcanza directa o indirectamente en todas sus partes, social, psicológica, física. El factor social es esencial. No hay realmente desdicha donde no hay degradación social en alguna de sus formas o conciencia de esa degradación (…).
La desdicha hace que Dios esté ausente durante un tiempo, más ausente que un muerto, más ausente que la luz en una oscura mazmorra.>>
Simone Weil. “El amor a Dios y la desdicha” en: Pensamientos desordenados. Trotta. Madrid, 1995.